
Si nos consultaran si alguien en particular nos parece “inteligente”, seguramente en lo primero que nos fijaríamos sería en sus méritos académicos. Sin embargo, existen otras maneras de “ser inteligente”, las cuales muchas veces son desestimadas en comparación a las virtudes educativas.
Según la teoría de las inteligencias múltiples del psicólogo estadounidense Howard Gardner, podemos distinguir ocho tipos de inteligencias diferentes.
Teoría de las inteligencias múltiples
Gardner explica que es común que las personas presenten unas habilidades cognitivas extremadamente desarrolladas y otras muy poco desarrolladas. Seguramente todos conocemos alguna persona que se destaca en algún ámbito concreto, como las matemáticas o el arte visual, pero que tiene otras dificultades sociales.
Algunos ejemplos que podemos destacar y que muchos de nosotros conocemos son personajes icónicos de la televisión. Por ejemplo, el doctor House (una eminencia médica pero muy poco hábil a la hora de mostrar empatía con sus pacientes), o Sheldon Cooper de The Big Bang Theory (un físico brillante, pero incapaz de comprender el sarcasmo y que no sabe darse cuenta de cuando está siendo ofensivo con otra persona).
Este tipo de casos en personas reales fueron los que llevaron a Gardner a darse cuenta de que la inteligencia no existe como una sola, sino que existen ocho inteligencias independientes.
¿Cuáles son las ocho inteligencias?
- Lingüística: Es la capacidad de dominar el lenguaje y comunicarnos con los demás de manera eficaz.
- Lógico-matemática: Se vincula a la capacidad para razonar de manera lógica y solucionar problemas matemáticos.
- Espacial: Permite poder observar el mundo y sus objetos desde distintas perspectivas.
- Musical: Más o menos refinada, todas las culturas tienen algún tipo de música. Esto llevó a Gardner y sus colaboradores a entender que existe una inteligencia musical latente en todas las personas.
- Corporal-cinestésica: Es la encargada de la capacidad de utilizar herramientas correctamente, de tener control sobre nuestros movimientos corporales. Incluso expresar sentimientos mediante el cuerpo como puede ser a través de la danza.
- Intrapersonal: Nos permite comprender y controlar nuestro ámbito interno en lo que se refiere a la regulación de las emociones.
- Interpersonal: Esta inteligencia nos permite comprender al otro. Tiene que ver con la habilidad de empatizar con los demás.
- Naturalista: Permite detectar, diferenciar y categorizar los aspectos vinculados al entorno, como por ejemplo las especies animales y vegetales, y otros fenómenos relacionados con la naturaleza. Esta última inteligencia fue añadida algunos años más tarde al estudio original de Gardner, ya que este consideró que se trataba de una de las inteligencias más esenciales para la supervivencia.

Todos tenemos estas ocho inteligencias en distintos niveles de desarrollo y todas, en mayor o menor medida, pueden afectar otras áreas de nuestra psicología, como nuestra personalidad, nuestra autoestima o la forma en la que nos relacionamos con el mundo.
¿Cómo explotar el potencial de tus inteligencias al máximo?
De una forma u otra, todos tenemos fortalezas y puntos débiles que pueden generarnos malestar e inseguridades. Algunos de estos focos de malestar pueden estar relacionados con cómo interpretamos el mundo, en base a cuáles de las ocho inteligencias tenemos más o menos desarrolladas.
Es importante que reforcemos aquellas áreas en las que somos menos hábiles, y para ello, debemos aprender a conocernos a nosotros mismos. Siempre podemos recurrir a un acompañamiento profesional, que ayude a que nuestras inteligencias alcancen su máximo desarrollo. Por ejemplo, una persona que tenga habilidades relacionadas con la inteligencia espacial o la lógico-matemática, puede tener dificultades con la inteligencia interpersonal. Esto puede derivar en una baja autoestima o una pobre percepción de sí mismo.
Cuando vamos a terapia podemos profundizar en nosotros mismos. Ir al psicólogo no nos hará mejores en matemáticas, o nos convertirá en artistas, pero nos ayudará a desarrollar nuestro máximo potencial posible en cada una de las ocho inteligencias.