
La estabilidad emocional es uno de los factores más importantes de la personalidad. De hecho, el estudio de esta consiste en estudiar las diferencias individuales según el modelo de cinco factores de personalidad.
Según este modelo, la personalidad se divide en cinco componentes principales: estabilidad emocional, extroversión, apertura, responsabilidad y amabilidad. Es decir, estos son los que mejor definen a una persona y describen sus diferencias respecto a otras personas.
La psicología describe la personalidad como el resultado de la interacción entre temperamento e influencia ambiental. Es decir, por las experiencias y aprendizajes que vive una persona.
¿Qué es la estabilidad emocional?
Esta es uno de los factores más importantes de la personalidad. Esto es porque explica, por ejemplo, por qué algunas personas tienden a ser más vulnerables a sufrir de depresión y ansiedad.
La mayoría de las personas suelen situarse en un nivel intermedio entre una alta y baja estabilidad emocional. Es decir, suele ser más o menos constante. Por lo que, es normal que dependiendo de las experiencias vividas haya etapas de mayor o menor consistencia.
Alta estabilidad emocional
Estas personas con alta estabilidad emocional tienen un mayor control de sus emociones. Es decir, son más estables, emocionalmente maduras, no presentan síntomas neuróticos o hipocondríacos, son más realistas y confiables.
Por lo general, no suelen sufrir de emociones negativas persistentes, pero eso no quiere decir que no las sufran. La diferencia está en que cuando estas personas experimentan un nivel de estrés considerable, son capaces de controlar estas emociones negativas sin dejarse llevar por ellas.
En conclusión, las personas con alta estabilidad emocional suelen tolerar el estrés, los problemas y dificultades de sus vidas sin sentirse especialmente ansiosas, siendo capaces de mantener la compostura en estas situaciones.

Baja estabilidad emocional
Mientras que, una persona con baja estabilidad emocional suele tolerar muy mal la frustración o el estrés. Esto es porque no es capaz de funcionar bien ante las dificultades, imprevistos o frustraciones de la vida diaria. Por lo que reacciona con inestabilidad e intensas emociones negativas. Es una persona inmadura, impulsiva y poco digna de confianza.
Por lo general, se trata de personas que intentan evadir la realidad y presentan síntomas neuróticos como fobias, ansiedad, alteraciones del sueño, entre otras. Entonces, son inestables en sus actitudes e intereses, les cuesta afrontar el estrés, la toma de decisiones y tienden a darse por vencidas con facilidad.
En conclusión, las personas emocionalmente inestables tienen una mayor probabilidad de ver las situaciones ordinarias como amenazantes.
¿Cómo conseguir el propio bienestar?
En el pasado, se pensaba que la extraversión estaba relacionada con la felicidad y la satisfacción individual, pero el nivel de extravesión o introvesión de una persona no es tan importante como el nivel de estabilidad emocional.
Las personas con una mayor estabilidad emocional son aquellos individuos más felices y que se sienten más satisfechas con sus vidas, en general.
Así que, practica actividades que te gusten, rodéate de las personas que amas, habla con un profesional sobre tus problemas y aprende nuevas herramientas para conseguir tu propio bienestar.
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