
¿Quieres combatir el estrés? Los masajes antiestrés son el tratamiento que estás buscando. Para entender cómo funciona, lo primero que tienes que saber es: qué es el estrés.
El estrés es una respuesta automática de nuestro cuerpo, totalmente natural, ante situaciones de exigencia excesiva durante mucho tiempo. Por ello, el cuerpo responde provocando diferentes síntomas, avisándonos de que debemos bajar nuestros niveles de autoexigencia.
Entre estos síntomas están:
- La contracción de músculos.
- Dolores de espalda.
- Los dolores de cuello.
- Dolores de cabeza recurrentes.
Los masajes antiestrés, así como la meditación zen, son una solución inmediata a estas respuestas. ¿Por qué? ¡La respuesta es sencilla! Porque trabaja la musculatura de una manera lenta y profunda, devolviendo la sensación de equilibrio y bienestar a nuestro cuerpo.
Beneficios de los masajes antiestrés
Un masaje relajante va más allá de la salud física, ya que son de gran ayuda para alcanzar un estado de bienestar general. Entre sus beneficios están:
- Una profunda relajación: física y mental.
- La liberación de la tensión muscular y mental.
- La recuperación del equilibrio.
- La sensación de descanso.
- El aumento del flujo sanguíneo.
- La mejora de la calidad del sueño.

Preparación del masaje
El masaje antiestrés debe hacerse en un lugar cómodo y agradable para brindar las condiciones necesarias que favorezcan la relajación de la persona:
- Ayuda un ambiente limpio, con luz natural o iluminación tenue.
- También una música suave de fondo. Puede incluir sonidos de la naturaleza.
- Se puede perfumar el ambiente con fragancias de aceites esenciales (canela, romero o lavanda).
- Otro aspecto es la temperatura. Se deben evitar el calor o el frío excesivos.
- Para realizar este masaje es necesario tener la piel descubierta y colocarse boca abajo.
- Las zonas que no se estén trabajando, deben cubrirse con mantas o toallas.
Masajes antiestrés
Una vez preparado el ambiente, se puede realizar el masaje en sí. Los movimientos pueden hacerse en forma de ciclos de 45 minutos a 1 hora. Y, en caso de que la persona se duerma, es recomendable dejarla descansar entre 10 y 15 minutos antes de despertarla.
- Aplica loción o aceite sobre las manos e inicia el masaje desde los hombros hasta la parte alta de los glúteos, con una presión suave a lo largo de ésta.
- Luego haz movimientos desde el centro de la espalda hacia los lados y desde la región cervical hasta zona lumbar.
- Llegando al cuello haz movimientos semejantes a un amasado en toda la zona de los hombros y brazos. Se recomienda hacer un masaje suave en la parte lateral del cuello y pasar al cuero cabelludo.
- Al pasar a las piernas realiza una presión deslizando las manos con una presión suave de arriba abajo, con maniobras de amasado.
- Se voltea quien recibe el masaje y se hacen los mismos movimientos en las piernas, abdomen y brazos, de forma similar a los realizados en la parte posterior del cuerpo.
Variantes
- Esta secuencia también se puede aplicar el masaje con las palmas de las manos o incluso del codo del terapeuta. De esta manera se puede ejercer una mayor presión y ser de gran ayuda para liberar tensiones musculares, que la persona ni siquiera ha notado.
- También, se pueden hacer percusiones sobre la piel. Es decir, pequeños golpes con las manos juntas sobre los músculos. Esta técnica debe llevarse a cabo de forma rápida y rítmica.
- En las zonas afectadas y/o adoloridas, se puede ejercer con la palma de la mano, los dedos o nudillos, una compresión directa por pocos segundos.
A continuación, te presentamos variantes del masaje en diferentes videos. De esta manera, puedes practicarlos en casa en alguien más o alguien en ti: